Cuando el verano en el hemisferio norte llega a su punto cúlmine, el zodiaco avanza como el sol que se pone en el horizonte hacia Leo, el rey.
De duplicidad masculina, de fuego y cualidad fija, el león es simplemente fabuloso. Representado por este animal exuberante, los de este signo presentan características que los posicionan como personas demasiado atractivas. Entusiastas, poderosos, creativos, generosos y extravagantes, y dotados de una determinación dada por una increíble fuerza de voluntad, es imposible que pasen desapercibidos cuando entran a un lugar, y de hecho, a un león le toma muy poco tiempo transformar esos espacios en su reino: él domina la situación.
Están regidos por el sol, el astro más importante de nuestra galaxia. Todo el sistema planetario gira en torno a él. Es la vida, la fuente de calor. Así es también la carta del Tarot, una carta de acción y prosperidad por donde se le mire. Es el sol el que está en su glifo, que en términos simbólicos, son dos círculos incompletos unidos por una luna creciente, en representación del poder que emana de sus emociones e intelecto. No nos olvidemos que el órgano del cuerpo regido por Leo es el corazón.
El sol, el rey, el león, corazones. Son demasiados elementos masculinos, pero en realidad este magnetismo y poder en la acción son fuerzas neutras bien difíciles de resistir para el resto de los mortales. Quizás aquí radica el talón de Aquiles de Leo, en el sentir y saber que puede dominar, y decidir usar la fuerza con este propósito. Porque una cosa es que sea un líder natural, otra es forzarlo. El orgullo.
Se dice que los Leo son como un imán, magnéticos, la gente sólo se les quiere acercar porque tienen un carisma único, un hablar encantador. El problema es que quizás son demasiado autoconscientes de ese poder, alimentando un ego no menor, entonces el Leo no solo quiere respeto, sino que también adoración. Con el sol como su regente, esa luz vital alumbra su ser, su imagen, y no solo en cómo la gente los ve, sino como también se perciben a ellos mismos.
Jamás van a pedir aprobación, que los busquen, o que los adulen. Ellos simplemente lo esperan, y su secreto más oculto es que necesitan ser necesitados. Pero así es la vida, no siempre tenemos gente alrededor que nos adore. Para curar ese ego herido y dominar esas preciosas emociones que solo los Leo pueden sentir, hemos preparado una mezcla exquisita de té oolong, rooibos, manzanilla, naranja, cártamo, sabor natural a vainilla y naranja. Calma, tu sabes tu valor.